Para Randall De Silva, más importante es la seguridad que el diseño arquitectónico de la urbanización que ha pasado de ser un lugar tranquilo a una zona roja, donde 'no sólo roban ve- hículos sino que hay intentos de violaciones, secuestros y atracos a mano armada'. De Silva, quien es presidente de la junta de condominio del sector El Tablón, en Nueva Casarapa, Guarenas, afirma que 'somos uno de los primeros sectores de la urbanización en cerrar con 1.200 metros lineales las cinco hectáreas que abarcan los 61 edificios'. Y es que Nueva Casarapa es una de las urbanizaciones de Guarenas que nació bajo un diseño urbanístico abierto, de grandes áreas comunes donde los vecinos pudieran convivir sin temor alguno. Sin embargo, en los últimos 10 años la situación ha cambiado producto de la inseguridad. En los 22 sectores que conforman este desarrollo (Nueva Casarapa) ya comenzaron a construir las cercas de concreto, dos de ellos en El Tablón y Cañaveral y otros cinco están en proceso de consulta con los residentes y licitando para iniciar las obras. En El Tablón, los vecinos se organizaron y contrataron los servicio de la empresa constructora de uno de los residentes.
' El diseño del proyecto lo elaboró una arquitecta que también vive aquí y tenemos una nueva empresa de seguridad que también es de un vecino', afirmó De Silva. 'Hemos hecho un trabajo que no distorsione el diseño original de los edificios. Se trata de obra limpia con ladrillos del mismo color de las edificaciones', explicó Pedro Batista, ingeniero encargado de las obras. Aunque no han terminado las obras, ya los vecinos están viendo resultados positivos. 'En julio hubo 11 robos de vehículos, siete atracos a mano armada, dos intentos de violación y un secuestro, cifras que han bajado prácticamente a cero entre agosto y septiembre', detalló De Silva. En Guarenas también hay otros ejemplos de esta situación. En el caso de Ciudad Casarapa, que está conformada por 26 parcelas las cuales anteriormente estaban abiertas, desde hace tres años comenzaron los trabajos de instalación de cercas y portones eléctricos y además una garita de seguridad. Nicolasa González, vecina de esta urbanización, reveló que 'nosotros decidimos cerrar por la ola de inseguridad que había y ahora sólo quedan abiertas las áreas comunes como la plaza y el parque'. En Guatire, urbanizaciones como Castillejo, Los Robles , Parque Alto, Los Altos II, entre otras, también las han cerrado completamente con sus respectivas garitas, y en algunos casos incluso han colocado cercas eléctricas para resguardarse del hampa.
fuente: mcanizalez@eluniversal.com
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